10 de agosto de 2010
Operativos K para sostener el poder santacruceño, de Miguel Angel Chazarreta
Santa Cruz 2011
INMIGRACIÓN y DISPERSIÓN
Por Miguel Chazarreta
Para www.opisantacruz.com.ar
En la intimidad del Poder Nacional, hombres y mujeres del riñón kirchnerista, admiten la imposibilidad de continuar en el poder nacional más allá del 10 de Diciembre de 2011. Un denominador común de estos privilegiados actores es su procedencia territorial: todos son pingüinos provenientes de Santa Cruz y –para salvar las apariencias- guardan esta convicción en cofre bajo varias llaves. Esta cautela tiene su razón de ser: si se admitiera ello públicamente el poder obtenido –basado exclusivamente en el medio a su ejercicio- se desmoronaría en el acto como un castillo de naipes.
Frente a tal circunstancia el matrimonio presidencial ha empezado a tejer y desplegar sus artes de supervivencia más allá del 2011 y entonces su mirada vuelve, inexorablemente, a sus orígenes: esto es la provincia de Santa Cruz. En efecto: los Kirchner pretenden resistir los años venideros desde “su lugar en el mundo” y controlando el trono feudal que los impulsara al poder de la Nación.
Los Kirchner saben que en las actuales circunstancias el regreso no será una ceremonia triunfal, como también están al tanto que continuar con el poder autóctono no será “un trámite” y que tendrán que luchar para ello, especialmente porque vienen de comerse una durísima derrota en las últimas elecciones parlamentarias, en ese fatídico 28 J.
Resolver las diferencias con el actual gobernador, Daniel PERALTA y su ansiedad de sucederse a sí mismo a partir del 11 de diciembre del año próximo es una tarea asignada a “Paco” LARCHER y sus célebres “carpetas persuasivas”; por tal circunstancia es lo que a Néstor Kirchner menos preocupa porque si hay algo que hasta ahora ha resultado infalible es la capacidad de la SIDE K de “convencer” a los díscolos (especialmente si éstos carecen de una cola debidamente higienizada).
Operación INMIGRACIÓN
Néstor Kirchner ha tomado nota de la derrota santacruceña en Junio de 2009 y lo primero que mensura es su estreches electoral y bosqueja una respuesta exclusivamente aritmética. “Si perdimos por mil votos hay que asegurar dos mil en el 2011” infiere y a tales efectos ha diseñado un operativo al que él mismo ha designado con el nombre de “Operativo Inmigración”.
De qué se trata tal cosa? Simple. De un plan masivo de radicación de ciudadanos en la provincia de Santa Cruz. El operativo se encuentra en plena ejecución y consiste en “radicar” SIETE MIL nuevos ciudadanos en distintas localidades de la provincia de Santa Cruz antes de fin de año. Los Registros Civiles de Caleta Olivia, Pico Truncado, Las Heras, Río Gallegos y las comunidades de la Cuenca Carbonífera son las que tienen mayor trabajo en estos últimos tiempos.
Los ejecutores de este operativo son el multimillonario Rudy Ulloa Igor y el dirigente piquetero ultrakirchnerista Edgardo Depetri, quien se desempeña como subsecretario de Relaciones con la Sociedad Civil, que depende de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación a cargo de Oscar Parrilli.
La factura no es original, es simple y se ha aplicado en muchísimas oportunidades. La diferencia es que –por su magnitud y consecuencias- la operación tiene características históricas insospechadas. En primer lugar por el criterio selectivo aplicado por sus autores, pues se trata de la radicación en Santa Cruz de ciudadanos provenientes de Villa 51, Fuerte Apache, La Matanza y en los municipios del Conurbano en los cuales Depetri y su entrañable amigo Luis Delía tienen influencia. Se trata de integrantes de los movimientos sociales que los dirigentes piqueteros ultra kirchneristas manejan como “fuerzas de choque” o allegados de similares atributos sociales. En segundo lugar porque más de la mitad de estos “electores 2011” no regresan a Buenos Aires y deciden radicarse definitivamente en la provincia K.
Operación DISPERSIÓN
La segunda táctica es esencialmente política pero basada también en un aspecto matemático más viejo que la injusticia que por lo trillado no necesita demasiada explicación, pues responde al apotegma maquiavélico que pregona: “divide y reinarás” y todo el mundo entiende perfectamente de que se trata esto.
Los Kirchner saben que la cohesión de las fuerzas opositoras santacruceñas importa para el Frente para la Victoria un desastre electoral y con el poder político (y económico) que ostentan intentarán influir en determinados actores para evitar un letal aglutinamiento.
El cirujano en este sutil operativo (como no podía ser de otra manera) es el propio Julio De Vido. El superministro kirchnerista es el encargado de operar el esparcimiento electoral de las fuerzas de la oposición santacruceña de modo de evitar (a como dé lugar) la asociación en una oferta electoral sólida de los sectores políticos, gremiales y sociales contestatarios al kirchnerismo vernáculo.
En esta estrategia es indispensable tener en cuenta la decisión electoral final, mucho más que lo se pregona en el trayecto. A estos impalpables aspectos importará mucho más lo que se hace que lo que se dice. El kirchnerismo sobrellevará con calidad disimulada todo tipo de críticas y cualquiera sea el calibre en contra de su gobierno; soportará hasta lo indecible todo tipo de denuncias y acusaciones por más comprometidas que estas fueran.
El matrimonio presidencial tiene en claro que pueden tranquilamente sobrellevar las críticas, las denuncias, las acusaciones, cualquiera sea el calibre y cualquiera fuera el denunciante, mientras éstos fueran muchos y se mantuvieran electoralmente dispersos. Al kirchnerismo nunca le preocupó la aparición en el escenario político de un nuevo actor en el amplio universo de su aposición, pues cada uno contribuye a captar una porción de este formidable electorado antagonista, de modo que cada uno de los muchísimos actores logre tener solo eso: una porción y no más.
Lo que le aterra a los Kirchner hasta el límite de la exasperación es cuando empiezan a percibir que los fragmentos empiezan a ligarse; esto es decir que irrumpe alguien con la fuerza, el talento y la virtud de fusionar en una intención, en un propósito de poder las innumerables fuerzas contestatarias y sus tantos actores políticos y sociales haciéndoles entender que la dispersión siempre es funcional a un adversario común.
El accionar Kirchnerista en la operación dispersión romperá el molde tradicional. Para ello no será necesario la aplicación del clásico método de cooptación de actores políticos opositores… no solamente no será preciso sino que - desde el punto de vista electoral - resultará contraproducente. La sociedad está asqueada de este infame proceder y ya no se banca ninguna transfugueada ni borocotización. La táctica será entonces “sostener” y fomentar el accionar opositor de determinados actores solo con la condición de prescindir incorporarse en espacios electorales provinciales con posibilidades de éxito. Se jugarán las cartas a la conformación de un archipiélago electoral en el universo de la oposición santacruceña, todos contestatarios, todos antikirchneristas, todos separados, todos funcionales.
Conclusiones.
Con la autoridad intelectual que me otorga el hecho de haber pronosticado la derrota electoral de los Kirchner tanto en la provincia de Buenos Aires como en Santa Cruz y con un año de anticipación, les tengo una mala noticia a los Kirchner: ambos operativos están condenados al fracaso total. En principio porque la derrota K en el orden nacional es la primera ficha de un dominó al que le sigue la gobernación de Santa Cruz y sus intendencias.
En segundo lugar porque los habitantes santacruceños están percibiendo que “algo pasa” cuando ven caminar en sus ciudades a “extraños” ciudadanos que parecieran no tener nada que hacer; cuando perciben el incremento notable de la inseguridad en lugares en donde reinaba el orden y la concordia; cuando descubren que el puesto de trabajo que debería ocupar alguno de sus hijos, súbitamente lo cubre alguien recién llegado a la provincia; cuando se enteran que muchos santacruceños deberán seguir esperando por su vivienda simplemente porque se ha privilegiado la adjudicación de planes oficiales a recién llegados amparados por el oficialismo provincial. La bronca va a estallar cuando descubran que estos miles de ciudadanos que pululan en el espacio territorial santacruceño responden a una maniobra puramente electoral diseñada por el kirchnerismo para conservar el poder provincial.
Y por último la operación “dispersión” fracasará simplemente porque la elección –inevitablemente - se volverá a polarizar y quedarán a la vista de la ciudadanía aquellos actores políticos que, blandiendo un discurso claramente opositor, en su oferta electoral aislada y sin pretensiones, se mostrarán funcionales a los intereses oficiales de perpetuarse en el poder santacruceño.
- Capital Federal, 9 de Agosto de 2010 -
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